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Llega un momento en la vida académica de tus hijos en los que tienen que decidir qué estudiar y, aunque muchos jóvenes tienen claro lo que quieren hacer, otros están indecisos porque no saben qué estudiar.

Es muy difícil tener clara una vocación a su edad sin conocer una profesión, a no ser que en la familia ya haya profesionales de la especialidad que le gusta.

Algunos quieren optar por la Formación Profesional porque tienen una mente más práctica o, porque su tendencia a la inmediatez les hace apostar por opciones más cortas que los estudios universitarios, con la idea de ponerse a trabajar pronto.

Pero, por diferentes motivos,  para muchos padres es un fracaso el que sus hijos no estudien en la Universidad:

  • Porque consideran que los estudios universitarios le ayudarán a conseguir un puesto de trabajo más cualificado.
  • Porque entienden que si su hijo no va a la Universidad es porque no tiene capacidades para el estudio y ha perdido la oportunidad de ser Graduado.
  • Porque creen que la formación de calidad se da en la Universidad y no en FP que es donde estudian “los que no pueden acceder a la Universidad”.
  • Porque después de hacer bachillerato lo lógico es que inicie estudios universitarios.

Si es este tu caso, reflexionemos juntos sobre cada uno de estos motivos

Su oportunidad de encontrar trabajo

En 2019 se contrataron un 54% más de jóvenes con un título de FP que con un grado universitario

Actualmente el entorno laboral ha cambiado y mucho. Las empresas tienen necesidades específicas de perfiles técnicos que no encuentran en las universidades y que los egresados de FP sí que cumplen.

Entre 2015 y 2020 dos tercios de los empleos que se han creado han demandado perfiles de formación profesional y en 2018 el 42,3 % de las ofertas de trabajo publicitadas eran para alumnos de FP.

En ocasiones se contrata a universitarios para determinados puestos técnicos para los que están sobrecualificados y esto les produce un elevado nivel de frustración y desmotivación. En la FP el adecuado compromiso entre la especialización y la polivalencia, se traduce en una mejora de la empleablidad.

En este entorno de cambio constante  la Formación Profesional, que es una formación más específica y práctica, que responde a la demanda real de empleo y que ofrece una alta inserción laboral, se convierte en la opción elegida por cada vez más estudiantes y en el caladero de talento de muchas empresas.

La FP ha desembarcado en grandes organizaciones como Telefónica, Repsol, Bankia, Banco Santander y otras que como Ford tiene su propio centro de FP desde hace mucho tiempo, ello da a entender el calado de la Formación Profesional en el entorno laboral y productivo y el peso específico que, cada vez más, va a tener.

Su oportunidad de acceder a la universidad

La FP puede ser una vía de acceso a posteriores estudios universitarios

La Formación Profesional está estructurada en tres niveles: básico, medio y superior, lo cual permite un aprendizaje continuo mediante pasarelas desde las que se puede pasar de un Grado Básico a uno Medio y de uno Medio a uno Superior sin necesidad de superar un examen. 

También desde un Grado Superior se puede acceder a una carrera universitaria, incluso, sin tener que hacer la PAU:

  • Directamente si la calificación media en el Grado Superior es igual o superior a la nota de corte de la carrera que se seleccione.
  • Subiendo nota presentándose a las materias de la PAU que le permitan llegar a la nota de corte.

En el siguiente ejemplo verás cómo se puede acceder a la Universidad en ambos casos.

Algunos estudiantes de bachillerato cuando finalizan y acceden a la PAU no consiguen la nota mínima para poder acceder a la carrera que quieren y tienen que hacer cualquier otra que ni se habían planteado, solo por el hecho de ser universitarios. Esta decisión en la mayor parte de casos es una fuente de desmotivación e insatisfacción. Muchos de ellos abandonan los estudios por este motivo y otros, finalmente, acceden a un Grado Superior relacionado con lo que realmente les gusta.

Su oportunidad de formarse como le gusta

Existe voluntad política y un contexto favorable para poner en valor las ventajas de la FP

Desde todos los estamentos se está potenciando la Formación Profesional como motor del crecimiento económico y del empleo. La FP es una formación más vinculada a la realidad empresarial y con mayor satisfacción por parte de alumnos y empleadores.

Actualmente, la Universidad española es consciente del grave problema que afrontan sus graduados. La tasa de paro entre los titulados superiores es la segunda más alta de la Unión Europea, un 8,4% frente al 3,9% de media. Además, el 37,6% trabaja en puestos para los que no necesita su titulación, la sobrecualificación de la que antes hablábamos.

El Ministerio de Educación y  Formación Profesional (denominado así desde junio de 2018) desarrollo a finales del año 2019 el primer Plan Estratégico de Formación Profesional con el objetivo de trabajar para reforzar el capital humano, la empleabilidad y la competitividad.

Este Plan Estratégico considera a la FP esencial en la creación y consolidación del modelo productivo, por tanto, en ningún momento podemos considerar a la Formación Profesional es “para los que no pueden hacer un grado”, todo lo contrario, es para aquellos que tienen las competencias (conocimientos, habilidades y actitudes) para conseguir dar respuesta a las necesidades y demandas del nuevo modelo económico.

El alumnado de formación profesional tiene mayor nivel de empleabilidad porque tiene la oportunidad de realizar prácticas, hacer y recibir visitas de empresas y trabajar en el aula como si se tratara de una empresa. Esta practicidad en el método de enseñanza, unido al contacto directo con las empresas, permite que estos alumnos sean muy valiosos por ser productivos desde el primer minuto.

Su oportunidad de formarse en lo que le gusta

La Formación Profesional puede ser la palanca de cambio que le ayudará a tener una vocación

Algunos padres piensan que si su hijo cursa bachillerato, no tiene sentido que después no vaya a la Universidad pero, seguro que también se hacen algunas o todas estas preguntas:

  • ¿Qué tipo de formación es más adecuada para mi hijo?
  • ¿Se maneja bien con los conceptos abstractos o es más rápido cuando hablamos de cosas tangibles?
  • ¿Podrá mantener la motivación durante los cuatro años del Grado, más el Máster que luego tendrá que cursar? 
  • La carrera a la que quiere optar ¿le gusta realmente o la elige porque es lo que sus amigos van a cursar?
  • En bachillerato le ha ido bien pero no tengo claro que pueda superar un examen como la PAU, ¿sería más conveniente matricularse en un Grado Superior que no necesita examinarse de la PAU para acceder?
  • Si no le llega la nota y tiene que matricularse en una carrera que no le gusta ¿no será mejor que haga un Grado Superior de algo relacionado con lo que quiere y luego acceda al Grado Universitario?

Muchos alumnos que han cursado  un Grado Superior tras el bachillerato han conseguido identificar su verdadera vocación, e ir avanzando en su especialización hasta conseguir un nivel de máster en aquello en lo que trabajan.

El Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas señalaba en 2019 que uno de cada tres universitarios españoles abandona el grado en el que se matricula, un 33,33%; el 21% para abandonar definitivamente la universidad y un 12% para cambiar de estudios. Esto es un coste importante para la economía familiar. Sin embargo, en el caso de los estudios de Grado Superior de FP las cifras nos dicen que este porcentaje baja al 26%. Debemos seguir trabajando para reducir estos porcentajes y una forma de hacerlo es que los jóvenes puedan cursar lo que realmente les interesa en su formación superior.

Cristina Vicente

Directora de Cámara FP

cvicente@campuscamarafp.com

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