Skip to main content

En estos meses de confinamiento todos, sin excepción, hemos estado pendientes de nuestros sanitarios, de sus actividades diarias, de si tenían o no suficientes equipos de protección, del número de profesionales contagiados cada día, pero hemos hablado poco de sus valores, de sus habilidades para la gestión de situaciones complejas cada día y de su capacidad de sacrificio y entrega por el bien común, colaborando siempre en equipo.

Ángela Soler

Los que hemos tenido la suerte de trabajar con Àngela Soler, sabemos que Àngela es equipo. Una enfermera acostumbrada a valorar el sentimiento de pertenencia a un equipo y que lo disfruta trabajando con una generosidad fuera de lo común. Tiene claro que el beneficio más importante de trabajar en equipo es que la productividad se dispara y que se generan relaciones duraderas que mejoran nuestra vida. Una de las condiciones básicas de un buen trabajo de equipo es la claridad en las relaciones y la voluntad de compartir, nadie como Ángela como modelo de generación de aprendizajes y buenas prácticas compartidos.

En este post, nos regala un magnífico paralelismo entre el trabajo en equipo para salvar vidas y el trabajo en equipo que hace que una empresa llegue a donde quiere con el compromiso y la cooperación de todos sus miembros. Su testimonio nos da idea de la necesidad de trabajar juntos para conseguir un objetivo común y de la importancia de olvidar las individualidades en beneficio de todos.

Hija, hermana, amiga, enfermera y ahora heroína, así es como me podrían definir a fecha de hoy. Hace no mucho uno de mis sueños se hizo realidad y sí, aunque parezca mentira, fue poder gritar al mundo que era enfermera y que me iba a dedicar ayudar aquellos que lo necesitan. Ambiciosa, preparada y con ganas de comerme el mundo, empezaba mi aventura por los hospitales y centros de salud.

Vivimos en una sociedad donde la productividad y el consumismo prevalecen, en un mundo en donde el futuro se impone al presente, donde nuestros días se han convertido en rutina, sin tiempo para parar y pensar en el por qué y el para qué, como si el único objetivo fuera sobrevivir en lugar de vivir.

Y de repente, el pasado 14 de marzo se nos obligó a parar, pero parar en seco y de verdad. Parar y encerrarnos en nuestras casas.

Nunca nadie se imaginó que serían posibles unas calles sin vida, era como si de un mal sueño se tratara. La Covid-19 nos ha hecho vivir una situación sin precedentes donde la edad, el sexo, la raza, o el nivel adquisitivo no importan y donde los héroes y las heroínas han tomado vida sustituyendo los trajes de colores o las armaduras, por guantes, mascarillas y un sinfín de protecciones.

Os puedo decir que vivir la historia en primera persona, a pie del cañón, lo cambia todo, y más si tu labor está en darle una última esperanza a esa persona joven y sana que desgraciadamente está en tus manos.

Era un día normal (aunque días normales no hay cuando de personas enfermas críticas se trata) pero podemos decir que estaba todo, por el momento, controlado. Con el escaso material de protección del que disponíamos al principio de la crisis sanitaria, pero con las capacidades para ayudar y ganas de que mi paciente no sea un número más en la lista de fallecidos que al día siguiente saldría en las noticias, todos intentábamos hacer nuestro trabajo lo mejor posible cada día. Y de repente, algo inesperado, sin previo aviso, sucedía, empezaban a sonar las alarmas del monitor, del respirador…. Era el momento de “tirarse de cabeza” y ponerse manos a la obra para poder ayudar a esa persona frágil y vulnerable.

Imaginaos entonces que, en ese momento en el que un paciente colapsa, todo recayese en la misma persona.

Dos manos hábiles no son suficientes, en ese momento necesitas de tus compañeros, necesitas un equipo coordinado y muchas manos colaborando por un mismo objetivo. ¿Qué pasaría entonces si nadie acude ayudar? Está claro, que esta situación difícil pasaría a ser una verdadera pesadilla.

¿Sabéis por qué? Porque el ser humano vive en sociedad con otras personas ya que, sobrevivir de forma individual, actualmente, sería casi imposible. Necesitamos de las ‘5c’ para formar un buen equipo:

  • Comunicación
  • Coordinación
  • Compromiso
  • Confianza
  • Complementariedad

En una profesión como la mía, en la que la vida de un paciente depende directamente del trabajo en equipo y de la coordinación del mismo, se valora aún más si cabe esta forma de trabajar.

Cuando se trabaja conjuntamente, se aúnan las aptitudes de los miembros y se potencian sus esfuerzos, disminuyendo el tiempo invertido en las labores y aumentando por tanto la eficacia de los resultados.

Es posible que las vivencias que os he relatado sean de una situación extrema, pero en el día a día, en los estudios, la familia, el trabajo… en definitiva, en cualquier grupo de personas, es necesario formar grandes equipos porque a través del trabajo en equipo se consiguen mejores resultados

¿Cuál es el secreto del trabajo en equipo?

Os lo explicaré a través de un ejemplo, concretamente, observando una de las maravillas de la naturaleza. En el fondo marino viven unos pequeños peces blancos, estos peces, cuando son atacados, se mueven todos a la vez, formando la silueta de un escualo con la boca abierta y, de esta forma, enfrentan al pez que les está atacando. Si paramos un momento y vemos la figura que forman nos damos cuenta de que todos se mueven a la vez como si de un único pez se tratara. Vista la magnitud de esa silueta que entre todos los pececillos forman, el agresor huye y pueden sobrevivir.

Este ejemplo demuestra lo bien que funciona el trabajo en equipo, y que no sería posible sobrevivir de forma individual y ¿sabéis porque funciona?, porque no hay peces blancos egoístas, no hay ningún pez que está en la cola y quiera estar en la boca, o viceversa, no hay ningún pez que no ayude, que no colabore. Todos tienen un mismo objetivo y es conseguir el beneficio común, y esto, es el verdadero trabajo en equipo.

En el ámbito que os compete, se ha demostrado que en las empresas a través del trabajo en equipo se consiguen mejores resultados, más rápido y eficazmente, por tanto, la implantación de equipos de trabajo es una realidad en el mundo laboral.

Desde Cámara FP, aparte de proporcionaros los conocimientos necesarios para el desarrollo profesional, se os ayudará a lograr y mantener el éxito haciendo que interioricéis cada día que la mejor forma de trabajar está basada en la cooperación y en el compromiso. Por tanto, estoy convencida de que juntos, conseguiréis todos los objetivos que os propongáis.

Por Ángela Soler.

Enfermera especialista en urgencias y emergencias y docente de formación sanitaria.

Leave a Reply