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Hoy os traemos otra experiencia en primera persona, porque sabemos que os encantan y os dan un punto de vista diferente e inspirador.

En esta ocasión, queremos recomendaros el vídeo YouTube que os dejamos abajo, donde una mala experiencia en bachillerato acaba ayudando a esta estudiante a descubrir su verdadera vocación. Y es que, a veces, necesitamos perdernos para encontrarnos. Pararnos a pensar qué es lo que realmente nos gusta, en qué podemos aportar y trazar el plan para conseguir ser el profesional que queremos ser.

Y, no. No hace falta tener el plan al detalle desde el principio. Lo importante es tener el objetivo final claro, las opciones a nuestro alcance, las ganas y empezar cuanto antes. El camino se hace andando y seguro que una vez empieces a descubrir cosas sobre esa profesión que te gusta, irás viendo por dónde seguir.

En cuanto comenzamos la ESO empezamos a oír aquello de si somos de ciencias o de letras. Hay que elegir para cuando llegue el momento de hacer bachillerato, sin más opciones. Si se te dan bien las unas o las otras, fenomenal. Todo va sobre ruedas y sigues el camino que se espera que sigas.

Pero, ¿y si no lo tienes claro? ¿Y si no te ves en ninguna de las opciones? En realidad, no tener una vocación clara es lo normal y mal gestionado, puede generar ansiedad y frustración en muchos estudiantes. Les hace pensar que “no sirven para estudiar” cuando lo único que sucede en realidad es que no han encontrado aquello que les apasiona y les hace brillar.

Muchos estudiantes, eligen “por descarte” y ahí es cuando puede llegar el peligroso abandono. En ese momento, es fundamental tener toda la información sobre la mesa y buscar orientación profesional, bien sea en tu centro o en otros centros educativos.

Testimonio en primera persona donde una mala experiencia en bachillerato acaba ayudando a esta estudiante a descubrir su verdadera vocación.

Nunca es buena idea escoger un itinerario formativo sin conocer todas las opciones cuando nos jugamos nuestro futuro. Tampoco lo es escogerlo para agradar o por hacer “lo correcto” sin escucharnos a nosotros mismos y reflexionar sobre lo que realmente nos gusta hacer, en qué somos buenos y cómo podemos convertir esa pasión en una profesión.

Aunque hace ya unos años que la Formación Profesional está cogiendo fuerza y posicionándose como una gran opción de futuro, sigue siendo una gran desconocida entre estudiantes y familias, que desconocen todas las posibilidades que ofrece y la demanda de profesionales titulados en FP por parte de las empresas.

Estudiar lo que te gusta marcará la diferencia y te hará disfrutar del aprendizaje, sentirte realizado/a y conseguir tus metas.

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